ANIVERSARIO. Los 100 años del músico

Benny Goodman en el recuerdo.

DE HABER SEGUIDO CON VIDA, EL LEGENDARIO “REY DEL SWING” HABRÍA CUMPLIDO UN SIGLO DE EXISTENCIA. EN ESTA NOTA, EL AUTOR REFLEXIONA SOBRE EL LEGADO DE QUIEN FUE UNO DE LOS MÁXIMOS EXPONENTES DEL JAZZ EN EL FORMATO DE LAS GRANDES BANDAS.

Por: Roy Morris

Mis primeras vivencias musicales me llevan a la era del swing donde destacaba, entre las más famosas orquestas, la de Benny Goodman. Pese a mis pocos años y gracias a la afición de mi hermano mayor Philip, quien traía a la casa los frágiles discos de carbón de aquella época, pude sentir la satisfacción de escuchar a ese extraordinario músico en sus primeras grabaciones.

Era 1938 y acababa de producirse el mayor suceso musical en la vida de Benny Goodman: tocar en el Carnegie Hall de Nueva York, donde por vez primera se presentaba una orquesta de jazz. Pasaría una década para que aquí en Lima y en otras capitales del mundo se apreciara en discos lo que realmente fue aquel célebre concierto. No obstante, escuchar a Benny Goodman en grabaciones convencionales, hechas en estudio, satisfacía mis inquietudes.

Benny Goodman nació en un barrio pobre de la ciudad de Chicago el 30 de mayo de 1909. De familia judía, su nombre completo era Benjamin David Goodman. Apodado, con el correr de los años, el “Rey del Swing” —aunque también lo conocieron como “El Profesor” o el “Patriarca del Clarinete”—, su inclinación por el jazz lo gratificaría, pues muchos músicos habían dejado la ciudad de Nueva Orleans para radicar en Chicago. En los años 20 gigantes del jazz como Jelly Roll Morton, Sidney Bechet, “King” Oliver y Louis Armstrong actuaron allí.

Goodman comenzó a tocar el clarinete a los 11 años. A los 12 ya se presentaba en público. En 1923 se inscribió en la Unión de Músicos (The Musician Union) y actuaba regularmente en su ciudad natal. A los 17 años debutó con la orquesta de Ben Pollack y su innato talento le permitió tocar solos. Allí conoció a Glenn Miller. Poco después tuvo la oportunidad de conducir una orquesta. En 1929 dejó a Pollack para unirse a la banda de Red Nichols (Red Nichol’s Five Pennies) y alternó con jóvenes músicos que años más tarde se convertirían en celebridades.

En 1934, a los 25 años, formó su primera orquesta y, a raíz de haber participado en una serie de radio denominada “Let’s Dance” (“Bailemos”), escogió esta canción como su tema de apertura. Con los arreglos del director Fletcher Henderson, demostró que se podía tocar jazz y música de baile en forma simultánea. Henderson contribuyó decisivamente a los éxitos de Goodman creando un estilo que marcaría sus futuras interpretaciones.

Benny Goodman fue el primer músico que incorporó en su banda a gente negra y rompió las barreras tradicionales de segregación racial. Ese mismo año formó su primer trío junto con el pianista Teddy Wilson y el baterista Gene Krupa. Luego se incorporaría Lionel Hampton en el vibráfono, con lo que se estableció así su célebre cuarteto.

Benny Goodman ha tocado con las grandes figuras del jazz: el legendario Bix Beiderbecke, Louis Armstrong “Satchmo” y las cantantes Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Mildred Bailey y Bessie Smith, y el pianista y director Count Basie. En su elenco de vocalistas que cantaron sus grandes éxitos debo mencionar a Helen Ward, Martha Tilton, Peggy Lee y Helen Forrest.

En 1955 participó en su filme biográfico “The Benny Goodman Story” y en plena Guerra Fría en 1962 hizo un “tour” por la Unión Soviética, donde hizo conocer su música. También incursionó en el género clásico y demostró que podía interpretar obras de grandes maestros.

Varios músicos que formaron parte de su banda ganaron fama como líderes de sus propias orquestas: entre ellos Harry James, que fundó la suya en 1939 y contrató a Frank Sinatra como su primer vocalista; Ziggy Elman, Gene Krupa y Lionel Hampton.

Pese a la enorme competencia de otras grandes agrupaciones instrumentales como las de Artie Shaw, Tommy Dorsey y Glenn Miller, Benny Goodman, gracias a su virtuosismo en el clarinete, al estilo de sus orquestaciones, a la calidad de sus músicos, a su talento personal y a su habilidad para mantener el nivel de su agrupación, pudo ocupar un lugar preferente entre los líderes de las big bands.

Cuando terminó la era del swing en la década del 40, Benny Goodman incursionó en el nuevo género be bop, pero luego volvió al swing tradicional y se mantuvo activo por muchos años.

La muerte lo sorprendió el 13 de junio de 1986 en su departamento de Manhattan, lejos de su habitual residencia ubicada en Stamford, Connecticut, donde había pasado la mayor parte de su vida. Tenía 77 años.

Goodman recibió varios doctorados honoris causa en importantes universidades estadounidenses como Yale y Harvard. Ingresó al salón de la fama de la revista “Down Beat” en 1957. Ha sido honrado por el Kennedy Center y con el Grammy que se concede a quienes han dedicado una vida al arte musical (The Lifetime Achievement Award), que le fue entregado en 1986, poco antes de su muerte.


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